Qué es la dislexia y cómo ayudar a un niño disléxico

Existen muchos mitos y confusiones en torno a la dislexia. Algunos consideran que se trata de un mero trastorno de escritura, otros lo confunden con una habilidad pobre de lectura y escritura en la infancia temprana. Todas las partes tienen algo de razón en lo que plantean.

Y es que la dislexia es un trastorno de aprendizaje que afecta directamente la percepción y el uso del lenguaje. Es necesario destacar que el nivel de cognición en los niños con dislexia se mantiene, incluso tienen capacidades intelectuales sobresalientes. En este artículo te daremos un breve panorama de este trastorno.

Dislexia y sus posibles causas

Esta condición, según los estudios de diversos especialistas de ramas como neurofisiología hasta psicología y logopedia, consiste en un trastorno que incide directamente sobre la capacidad de lectura y escritura del paciente.

Típicamente, la dislexia se manifiesta tanto al inicio del proceso de aprendizaje del lenguaje, como también luego de cierto tiempo en el niño.

No hay consenso general sobre una causa específica de este trastorno. Es posible que traumas cerebrales, embarazos con complicaciones y otras causas incidan sobre el desarrollo y la gravedad de la dislexia en cada paciente.

 No obstante, la naturaleza de ciertos procesos cerebrales anómalos se perfila como causas que tienen un impacto mayor en la aparición de la dislexia.

·        Funcionamiento anormal del giro angular

Esta región del cerebro, ubicada en ambos hemisferios entre el surco intraparietal y la cisura de Silvio, funciona como intermediaria para el procesamiento del lenguaje percibido por el niño, antes de que la información llegue a la zona de Wernicke.

El giro angular también establece correspondencias entre el lenguaje y la información visual y auditiva. Probablemente un transporte de información defectuoso entre el giro angular y la zona de Wernicke desencadenará problemas de dislexia.

·        Comunicación lenta entre los hemisferios del cerebro

Otra teoría acerca de la aparición de la dislexia se relaciona con una transmisión de información demasiado lenta entre el hemisferio derecho al izquierdo y viceversa.

Un evento que puede evidenciar esto es la confusión entre palabras homófonas que padecen los niños con dislexia. Esto es más difícil de detectar en lenguas como el español, pues la transparencia de la misma (la característica de semejanza entre palabras por su sonido y grafía) es más patente que en el inglés.

¿Se puede mejorar la conciencia fonológica?

La respuesta es un “sí” que tiene varias aristas y que requiere de un compromiso no solo de tu parte, sino también de los profesores y patólogos del lenguaje.

Se debe notar que antes de comenzar el tratamiento, es pertinente evaluar la existencia de co-morbilidad con síndromes como TDAH, TEI, entre otros.

Como punto de partida, al niño con dislexia se le deben facilitar ejercicios que ayuden a fijar en su memoria visual,  espacial y kinestésica las palabras, su sonido y su significado antes de trabajar la lectura y la escritura.

El ritmo de aprendizaje será más lento, y ciertas palabras y frases pueden requerir más trabajo que otras, pero el enfoque y la calidad de aprendizaje darán muchos más frutos.

Métodos para ayudar a un niño o niña con dislexia

·        Orton-Gillingham

                Este es un enfoque integral que ayuda al niño a desarrollar una conciencia fonológica base. Se caracteriza por la especificidad y resultados observables de sus ejercicios y dinámicas. Por ejemplo, los niños podrían realizar ejercicios que los ayuden a entender por qué la letra “c” se oye tan distinto en “canto”, en “casa”, hasta llegar a palabras más complejas, como “ciruela” o “cigüeña”.

Como punto de inicio, se realiza una prueba diagnóstica en grupos pequeños de niños con dislexia que tengan habilidades similares. Se hace énfasis en que todos los niños del grupo deben dominar plenamente cada nivel de asociación entre sonido y grafía antes de comenzar con el próximo.

·        Enfoques Barton-Wilson

Ambos están basados en el Orton-Gillingham, aunque presentan marcadas diferencias. El enfoque Barton va dirigido a alumnos sin formación previa, y aunque su metodología es multisensorial, se enfoca en la ortografía y en palabras con etimologías griegas y latinas.

 Los grupos de trabajo son de 3 niños, y sus diez niveles pueden otorgar una buena comprensión para trabajar con palabras y frases que pueden resultar complicadas.

Por su parte, el enfoque Wilson se encarga de mejorar los problemas con la lectura. Utiliza menos contenidos visuales que el anterior, y sus ejercicios son un poco más sencillos.

Su programa es un poco más extenso, y el “sound-tapping” ha demostrado ser una técnica efectiva para que los niños disléxicos puedan recordar, asociar y utilizar los signos lingüísticos con mayor entendimiento y habilidad.

La dislexia, más allá de los enfoques de aprendizaje, tiene como gran adversario los prejuicios y confusiones. Te invitamos a que tú, junto a profesores y especialistas, ayudes a ese niño disléxico a desarrollar todas sus capacidades.

¿Cómo explicar la educación especial?

Lengua y cultura. Cuestiones en las que están inmersas tanto la educación como sus constituyentes fundamentales: el profesorado, los alumnos y todos quienes hacen vida en la institución.

 Construir puentes de comunicación y cooperación entre los alumnos no excepcionales y los que sí lo son, es una tarea que aún es sumamente exigente, en primer lugar, a nivel humano, y también según la excepcionalidad y la metodología pedagógica involucrada.

A pesar de ello, te ayudaremos a comprender cómo explicar la educación especial, tanto a alumnos excepcionales como aquellos que no lo son. Comencemos.

¿“Especial” significa exclusión?: El problema del lenguaje y lo subjetivo

“Sentimos que aun cuando todas las posibles cuestiones científicas hayan recibido respuesta, nuestros problemas vitales todavía no se han rozado en lo más mínimo. Por supuesto que entonces ya no queda pregunta alguna; y esto es precisamente la respuesta.» Ludwig Wittgenstein.

Esta frase de Wittgenstein bien podría ubicarnos en una cartografía, donde para hacer nuestro entorno más habitable para nosotros y para quienes requieren de un currículum específico, se necesita desligar “especial” como sinónimo de “exclusión” o segregación.

El lenguaje y la subjetividad son características inherentes a cada cultura, y ello tiene relación con el poder. Foucault nos mostró que la exclusión es siempre favorable a una u otra ideología para consolidar su soberanía.

 Y aunque los avances en que la educación especial sea consecución de una profunda humanidad en una era altamente tecnificada, aún las ACI (Adaptaciones Curriculares Individuales) son escasas si se compara el gasto en educación de naciones de la Unión Europea, por ejemplo, y esto es preocupante en los niños súper-dotados o AACC.

De manera que, si luego de la gran marginación perpetrada contra los individuos que tienen cierta “discapacidad” sigue persistiendo la ideología del progreso de los grandes capitales, luego de la crisis provocada por el COVID-19, los programas gubernamentales para brindar asistencia educativa a niños excepcionales (que van desde adaptaciones curriculares hasta formación de padres, entre otros) pueden enfrentar una drástica reducción de presupuesto, cuando no una cancelación.

¿Cómo puedes actuar en un panorama tan difícil? Bien podría funcionar la frase “vivir un día a la vez” lo cual podríamos cambiar a “comprender y explicar un día a la vez” desde una profunda humanidad la educación especial, tanto para aquellos niños que la necesitan, como para los que tendrán la transformadora experiencia de compartir un aula junto a ellos.

Descubriendo las capacidades ocultas

Es necesario expandir el concepto de “asistencia”, y asociarlo con el de “descubrimiento”. En efecto, cada vez que se incorpora al aula un niño con Asperger, con síndrome de Down, con TDAH, con AACC, entre otras condiciones, estamos ante una experiencia inédita de aprendizaje, que no se puede desprender de la unicidad del niño, más allá de los intentos de homogeneización del alumnado que por seguir sin cuestionar las directrices de un programa educativo, se olvidan de la ética y la empatía.

De modo que, desde lo personal y profesional, tienes una gran oportunidad de crecimiento no solo para ti, sino para los profesores y compañeros que pueden aprender de los talentos inherentes a cada niño.

Queremos resaltar que, por ejemplo, se pueden desarrollar experiencias de aprendizaje kinestésicos en lecciones de fonética y gramática, aprendiendo cómo se pronuncian y escriben las palabras mediante juegos con materiales novedosos, que formen conexiones neuronales y experiencias duraderas para los niños en el aula.

¿Es válido “discapacitar” a los súper-dotados para su educación inclusiva?

Este es un punto de álgido debate entre comunidades de padres y especialistas. Quienes están en contra, argumentan que la cognición sobresaliente de los niños AACC per sé los coloca en una categoría aparte de los niños excepcionales.

Quienes están a favor, argumentan que las políticas educativas y las legislaciones no dan la suficiente protección educativa, financiera y jurídica a estos niños, ocasionando su deserción escolar.

Creemos que es precisa la creación de una cultura creciente de adaptación curricular individual y sinérgica con los grupos de estudiantes regulares, lo que nos lleva al siguiente punto.

Las escuelas son capaces de crear la cultura

Esto no debe tomarse como un reto demasiado difícil de asumir por los padres, profesorado, especialistas, y los gobiernos en primera instancia. Las escuelas, en suma, cuando integren a un más a los estudiantes excepcionales a su dinámica, irán humanizando más la cultura.

Una tarea sin duda compleja, pero los progresos educativos donde se forman seres humanos que son excepcionales, dan cuenta de ello, y se realizan investigaciones y nuevos descubrimientos, aún en época de pandemia.

Puede que el avance nos parezca muy lento a veces, pero hay que persistir para que podamos finalmente dar cuenta y explicar la dimensión formativa de la experiencia humana, que en sí misma es una experiencia colmada de unicidad y vinculante, excepcional por sí misma, pues las “condiciones” no serán sinónimo de “exclusión”, ni para los “especiales” ni para los “normales”.