Deficit de Atención y cansancio en la escuela

Indudablemente las estrategias para que los alumnos de infancia temprana presten atención a las actividades deben adaptarse al entorno particular del aula, y este requerimiento incrementa su dificultad si hay niños con TDAH.

Típicamente, un infante con la sintomatología del trastorno se le hace mucho más difícil mantener su concentración.

Además, el empleo de energía es mucho mayor cuando tiene que enfocarse, si lo comparamos con niños que no tienen este trastorno. De manera que se hace necesario que tú, junto a profesores, expertos, hallen mejores métodos que sean empáticos con el infante que padece TDAH.

Consecuencias de la ausencia de un enfoque para niños con TDAH en el aula

A pesar de los grandes avances en cuanto a los enfoques pedagógicos para potenciar la concentración en actividades en el aula, es bastante común que el cansancio del niño con TDAH se pueda malinterpretar.

La “pereza”, “rebeldía” o “impulsividad” bien pueden tener un arraigo profundo en el infante con TDAH, cuando este no encuentra un espacio que le permita emplear su energía de modo que aliente su ánimo por aprender.

El transcurso de la jornada escolar, especialmente con profesores con formación incompleta para manejar el TDAH, puede producir un cansancio e irritabilidad excesiva en los niños con tal condición, y se confunde tal situación con un actuar perezoso e inconstante, y allí es donde tú junto con el médico especialista y un profesor deben actuar para mejorarla.

¿Puede optimizarse la gestión de energía para aprender en infantes TDAH?

La respuesta es un sí con enfoque integral sin duda alguna. Las distintas metodologías y estrategias educativas, han permitido tener una gestión de la gran intensidad de la energía de los niños con TDAH.

Una de los puntos clave en la optimización de tal gestión de energía, es considerar que típicamente los períodos para la atención y comprensión de un nuevo conocimiento son mucho más breves de lo que se cree.

Y no solo ello, el acondicionamiento del aula y la capacitación docente para gestionar el aprendizaje de un niño con TDAH tienen muchos modos de lograrse efectivamente. Veamos cuáles son.

Estrategias para evitar la fatiga excesiva en niños con TDAH

La cantidad desproporcionada de movimientos repetitivos, y un tono de voz muy alto, puede ocasionar un deterioro progresivo de la vinculación del niño con TDAH a su entorno escolar.

Es imprescindible lograr una canalización gradual de la energía física propia del infante con déficit de atención e hiperactividad. Tal encauzamiento le permitirá desarrollar su atención y mejorar sus facultades y aprendizaje.

·        Organización general del aula

  • En primer lugar, es necesario que el profesor encargado del alumnado con TDAH ordene de modo efectivo no solo el espacio del aula, con horarios y normas establecidos, también se deben reducir los períodos de atención en las actividades a realizar en el aula, observando los progresos del niño y midiendo el tiempo durante el cual puede mantener una concentración óptima.
  • Un modo muy efectivo de mantener la atención en una actividad, es fraccionando la misma en tareas más pequeñas enfocadas en las habilidades del infante con TDAH.
  • Se debe brindar aviso para el inicio de una actividad y para la finalización de la misma, el inicio estaría marcado por una señal o una clave para evitar la distracción, y la finalización debe notificarse con antelación.
  • Los progresos en el aprendizaje y las tareas deben estimularse con gestos de aprobación y de reconocimiento positivo frente a sus compañeros.
  • La planificación de las actividades del niño y el aviso oportuno antes de pruebas y exámenes también son altamente recomendados.

·        Actividades sugeridas para evitar los comportamientos disruptivos

Los comportamientos impulsivos o repetitivos por parte de los niños con TDAH, deben llamar tanto tu atención como la del profesor o profesora. Es necesaria la actuación oportuna frente a los mismos, pues si no se controlan pueden perjudicar seriamente el avance del infante con TDAH en su año escolar.

A continuación te presentamos actividades sugeridas para evitar los comportamientos disruptivos:

  • Es necesaria una previsión frente a situaciones complicadas originadas por el comportamiento del alumno con TDAH. P.ej: si realiza un movimiento y un ruido fuerte que perturba la concentración del salón, el profesor puede encauzar esa energía asignando una tarea sencilla como borrar el pizarrón, repartir hojas de trabajo, etc.)
  • Se debe autorizar el ejercicio físico del alumno con TDAH para “despejar” y relajar su atención. Luego de una tarea, especialmente si pone al límite la capacidad de enfoque, se aconseja dejar que el alumno camine por un pasillo o suba y baje escaleras por un breve período.
  • Ante movimientos involuntarios e inevitables, es necesario crear una seña particular entre el profesor y el alumno, como una petición amable para que intente reducir tales movimientos.
  • Es preciso concentrarse más en la calidad de las tareas hechas que en el número de las mismas, ello potenciará su aprendizaje mucho más.

Como has apreciado,  el cansancio aunado al TDAH en el infante puede ser un gran obstáculo para su aprendizaje, sin embargo, con paciencia, amor y un enfoque adecuado, el niño o niña logrará superarlo sin duda.

Deficit de atención y su relación con la depresión en la escuela

A pesar de los actuales avances en pediatría, neurofisiología, psiquiatría y otras áreas relativas al trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), no siempre se detecta claramente y a tiempo cuando esta condición comienza a hacer estragos en nuestros pequeños. Más aún, la depresión, es un enemigo silencioso que puede comenzar a echar raíces en el comportamiento de los niños.

De manera que en el presente artículo te presentaremos claves importantes para comprender la estrecha relación que existe entre el TDAH y la depresión leve o crónica en la escuela. Comencemos.

“Es que él o ella es así”: ¿Hasta qué punto puede ser cierto?

Buena parte de los padres de los niños con TDAH suelen creer que el carácter impetuoso y la falta de enfoque son algo “normal” en las primeras etapas de desarrollo. Es bastante difícil de detectar a priori comportamientos o indicios realmente evidentes de TDAH en un niño.

 No obstante, como primer indicio, creemos que si ese carácter impulsivo, falta de enfoque prosigue en un niño o niña pasados los 3 años de edad, tienes que tomar ello en cuenta. Además, es preciso evaluar su comportamiento y desempeño en la escuela, con la ayuda de profesores y personas relevantes en el entorno del niño o niña.

Si tu hijo o hija presenta muy poca concentración, agresividad excesiva con sus compañeritos, poca disposición para escuchar narraciones, dificultades de aprendizajes de colores, letras, de números, falta de comprensión de la silueta humana y un manejo deficiente de su capacidad lingüística, es necesario que prestes mucha atención y busques ayuda e información por parte de sus maestros o personas relevantes de su entorno.

Es preciso que también tengas en cuenta los antecedentes de salud de tu hijo, si el embarazo tuvo complicaciones, si fue dado a luz de modo prematuro o si algún familiar o algunos de ustedes como padres, tiene TDAH. Es algo sumamente duro de admitir y trabajar, pero cuanto antes, mejor.

La progresiva exclusión: peligroso aliado de la depresión y el déficit de atención

Algo que debes tener muy en cuenta como padre o madre, es que el trastorno de déficit de atención puede acarrear consecuencias graves para tu hijo o hija, si no se lleva a cabo un tratamiento adecuado y oportuno con terapia ocupacional y medicamentos, según el caso específico del paciente.

Lo “impetuoso” o “inquieto” en un infante con TDAH podría hasta verse como positivo respecto a no esperar su turno en todo juego, y en querer “ganar siempre”, pero ello constituye una visión sesgada de la situación general, aunado también por una inclinación cultural obsesionada con el éxito, que puede obviar comportamientos que a la larga causarán un deterioro psicológico en el niño o niña, y entorpecimiento en las relaciones con su entorno.

Al aumentar las conductas díscolas, erráticas y al degenerarse o detenerse el desarrollo del lenguaje como vínculo entre el niño y el entorno, es inevitable que la exclusión del infante se agudizará, especialmente si el infante con TDAH constituye una irrupción en extremo novedosa para tal entorno.

De manera que la detección temprano de la exclusión o rechazo creciente de un niño con TDAH por parte de su entorno escolar más inmediato, es uno de los primeros indicadores para al menos efectuar una evaluación holística sobre cómo tu hijo se conecta o no con sus amigos y compañeros de juego, cómo responde a la autoridad y a las tareas dadas por sus profesores, consejeros escolares o modelos similares.

Es posible, mediante una terapia asertiva y empática, y con medicamentos adecuados, una paulatina integración por parte del niño a su entorno escolar más inmediato.

Recordemos que el cerebro de un niño con TDAH es sumamente distinto en sus reacciones químicas y en su neurofisiología asociada, así que es un gran paso el que como padre o madre, junto  a un especialista, puedas asumir la ardua pero hermosa tarea de apoyar a tu hijo, para que la exclusión no deje huellas duraderas en el comportamiento y en la visión de mundo de tu infante.



La superación de la depresión en la escuela es tarea mancomunada

Ahora bien, debemos dejarte en claro que la detección y tratamiento del TDAH en tu hijo no es tarea solo tuya y del especialista, también es necesaria una toma de conciencia, información y aceptación del TDAH dentro de la comunidad escolar.

Es imprescindible llevar a cabo campañas informativas  del TDAH con gran sentido de empatía, tratando de derrumbar viejos estereotipos y confusiones sobre tal condición, de la manera más natural posible y con el mayor respaldo científico e investigativo que se pueda.

Es necesario recalcar el vínculo entre el TDAH y la depresión en la escuela y cómo ayudar a superarla a los niños que poseen tal condición. Es posible que tú ayudes a crear un entorno mejor para el desarrollo de los niños con TDAH, independientemente si son tus hijos o no, junto a la asistencia de los médicos especialistas, maestros y padres de la comunidad escolar.

Deficit de atención y su relación con la ansiedad en el colegio

Sin duda que el espectro de comorbilidades asociados al TDAH puede dar pie a ciertas confusiones.

La ansiedad, la depresión y otras condiciones que pueden aparecer o no junto al déficit de atención pueden parecerte un nudo difícil de desatar, pero si cuentas con la ayudas de profesionales, de tu pareja y de personas relevantes en el entorno del infante con TDAH, seguramente habrán mejoras significativas en su situación. Analicemos cómo la ansiedad se relaciona con el déficit de atención.

La ansiedad, TOC y situaciones asociadas : ¿necesariamente vienen junto al TDAH?

De acuerdo a las observaciones de especialistas como Maite Ferrin, psiquiatra del Servicio Navarro de Salud, los cuadros de ansiedad acompañan al TDAH, en una proporción cercana al 30% de los niños que tienen esta condición.

Los problemas de adaptación que el infante pueda tener en su entorno escolar inmediato, pueden potenciar y agravar los distintos episodios asociados a la ansiedad en cada niño. Cabe destacar que hay ciertas variantes del TDAH cuya naturaleza podría estar más asociada a la ansiedad que otras.

El subtipo de TDAH inatento, por ejemplo, hace más proclive la aparición de episodios de ansiedad por separación, en tanto que el Trastorno de Ansiedad Generalizada podría ser causa del TDAH combinado (que suma la hiperactividad e impulsividad a su sintomatología).

Una evaluación exhaustiva del niño por parte del especialista puede ser de inmensa ayuda para anticiparte a la posible naturaleza de los episodios de ansiedad y cómo sobrellevarlos con tu hijo.

·        Ansiedad por separación

                Este tipo de ansiedad puede producir episodios de gran intensidad que pueden ser bastante difíciles de manejar.

Típicamente se producen por un temor creciente en el niño a estar separado de sus padres o sus seres queridos, debido a una situación traumática  (muerte, accidente, partida de un familiar sin explicación). Es preciso aclarar que tal situación puede ser improbable o totalmente subjetiva en la mente del niño, y aun así producir somatización, afecciones motoras y un estado de alerta e hipervigilancia sostenido.

·        Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)

La sensación de pérdida probable de un ser amado, o una presión excesiva para cumplir objetivos en el entorno escolar, entre otras causas, puede desencadenar obsesiones y actitudes repetitivas asociadas. También estaría asociado a efectuar actitudes disruptivas por parte del infante. Este podría preguntar demasiado sobre algún ser querido, o presentar hiper-concentración en una tarea aparentemente sencilla.

·        Situaciones estresantes en el ambiente escolar

Experiencias adversas con los compañeros de la escuela o con los profesores acumulan una tensión constante, a la cual debes prestar atención. Los cambios repentinos de dificultad en los deberes, el aumento en cantidad de los mismos, o correcciones en las tareas pueden agravar las somatizaciones que experimenta el niño con TDAH.

De manera que, una vez identificados las posibles situaciones y episodios que pueden acarrear el TDAH, es preciso que sepas cuáles son los síntomas más frecuentes relacionados.

Síntomas más frecuentes de la ansiedad y el TDAH

Los indicios motores frecuentes que evidencian el TDAH junto a la ansiedad son: sensaciones de fatiga intensa, intranquilidad, agitación, tensiones a nivel muscular, temblores y contracciones rápidas.

El cuadro sintomático de hiperactividad vegetativa es un fuerte indicador del trastorno, y puede incluir algunas manifestaciones como: falta de sueño, ganas de orinar frecuentes, sensación de ahogo, escalofríos, diarrea, náuseas, súbita pérdida del equilibrio, molestias a nivel del abdomen, humedad y frialdad en las manos, mareos y taquicardia.

Un cuadro constante de hipervigilancia es bastante común en episodios asociados al déficit de atención y ansiedad: tu niño o niña puede sentir que algo malo va a pasar, mostrarse sumamente irritable, de un momento a otro presentar “la mente en blanco”, una respuesta excesiva de alarma y problemas para conciliar el sueño.

Tratamiento conjunto de cuadros de ansiedad y déficit de atención

Debes tener presente que el tratamiento de la ansiedad asociada al TDAH requiere un enfoque particular y holístico, con la finalidad de que la intensidad de los síntomas y de los episodios se vaya reduciendo según vaya progresando tu hijo o hija.

Un tratamiento farmacológico estándar (Atomoxetina, Metilfenidato según se requiera) y técnicas de relajación pueden ser gran complemento para la terapia psicológica y la intervención familiar y escolar.

En el entorno escolar, es necesario un seguimiento constante por parte de los profesores y personas de confianza alrededor del niño o niña con TDAH.

Debes estar pendiente de que no hayan efectos secundarios significativos del medicamento y que la toma del mismo no se convierta en un estigma para tu hijo o hija en su entorno, y los profesores y compañeros de la escuela deben realizar un esfuerzo para entender tal condición, e intentar aceptar la diferencia del infante, el cual posee en sí posibilidades de crecimiento y realización más allá del TDAH.