¿Qué hacer cuando un niño con altas capacidades no quiere ir al colegio?

“¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”. Esta frase de Albert Einstein bien podría definir el desfase aún persistente entre los resultados de las investigaciones pedagógicas sobre niños AACC (de Altas Capacidades o Súper-dotados)  y las acciones tomadas en los sistemas educativos en perjuicio de estos niños.

Usualmente, en esta época donde aún prevalece cierta ideología del racionalismo ilustrado, se considera favorable que un niño súper-dotado sea parte de la familia, ello visto desde fuera. Pero cuando los niños AACC intentan adaptarse al entorno escolar, generalmente pasa por un proceso difícil y a veces traumático.

En este artículo te explicaremos cómo tener empatía a la hora de brindar ayuda a un niño con capacidades intelectuales excepcionales.

La persistencia de un conductismo anacrónico como desmotivador

Los niños AACC generalmente demuestran sus dotes de inteligencia, memoria y adquisición de conocimiento entre los 12 y 18 meses, haciéndose realmente notable su destreza en áreas de conocimiento como las matemáticas y la lengua.

Sin embargo, al iniciar estudios en la mayoría de las instituciones académicas, se encuentran con una realidad que los rebasa: el sistema educativo sub-utiliza sus potencialidades en casi todos sus aspectos.

Típicamente, la mayor parte de los profesores no tiene la capacitación adecuada para ser un facilitador del conocimiento. La presión por cumplir en el menor plazo posible una serie de objetivos académicos con métodos repetitivos y faltos de imaginación y creatividad, va acumulando situaciones de frustración y rechazo por parte de los infantes AACC.

Esto, desde luego, aumenta el estrés y se pueden presentar casos de somatización de las malas experiencias (rechazo punitivo de los profesores, indiferencia de compañeros, y otras) lo que ocasiona problemas digestivos y de malestar emocional suficientes para hacer que los niños AACC abandonen la escuela.

Recientemente, en Países Bajos, un grupo nutrido de padres de infantes AACC solicitó al Instituto Neerlandés de Derechos Humanos que se reconozca a sus hijos superdotados como discapacitados (el subrayado es nuestro) para que obtengan protección financiera y académica frente a su expulsión de instituciones educativas, pues estas carecen de una pedagogía empática con ellos.

Esto tiene que llamarte la atención a ti y a todos aquellos que deseen ayudar a un niño con Altas Capacidades, pues demuestra la profunda brecha pedagógica que existe entre un infante AACC y el sistema educativo de naciones que supuestamente están a la vanguardia en educación.

La realización de un mal diagnóstico en un niño con AACC

Generalmente, en un infante con grandes capacidades intelectuales, las emociones disruptivas se manifiestan de manera bastante intensa. Ello contradice el típico estereotipo del niño superdotado fríamente racional y dueño de sí mismo.

La ira, y el rechazo a la autoridad suele ser frecuente hacia profesores, especialmente si estos les imponen castigos severos, por lo que la facultad AACC en un chico o chica suele confundirse con TDAH, con una forma de autismo leve, o hasta con TEI (Trastorno Explosivo Intermitente).

Entonces, producto de un diagnóstico erróneo, se les hace creer a los chicos con Altas Capacidades que están “enfermos”, que son “raros” o “locos”. Incluso, se les prescribe medicaciones (anticonvulsivas y antidepresivas) que por la potencia de sus fórmulas es contraproducente.

De manera que la deserción escolar y los problemas de salud y de comportamiento suelen ser más frecuentes de lo que se cree en niños con AACC. Además, los gastos en terapeutas en niños pertenecientes a familia de bajos recursos, complica aún más el panorama.

Es necesario un cambio de enfoque y de estrategia cuando un niño superdotado está reacio a ir a la escuela. Es preciso que su educación esté enfocada en sus capacidades y en su ritmo de aprendizaje, y basarnos más bien en la negociación y la empatía más que en la imposición de modos de aprender.

Te mostraremos cuáles estrategias son las más adecuadas.

Cultivando las potencialidades de un infante con AACC

·        Detectar las inteligencias predominantes en los niños

Este es uno de los pasos cruciales a la hora de diseñar y poner en marcha una estrategia realmente efectiva. Hay niños AACC que tienen un gran talento visual-espacial, otros para cálculos matemáticos, e incluso son capaces de deconstruir el modo de aprender para adaptarlo a su enfoque.

La estrategia educativa debe apoyarse en tales inteligencias predominantes, y los padres y especialistas deben tener un papel empático y de negociación con el infante AACC.

·        Es más fácil la cooperación que la discordia

Los maestros no deben ver al niño AACC como un agente de discordia en su salón, al contrario, el maestro puede asignarle tareas y ayudarle a expandir su curiosidad, también entendiendo que no necesariamente tiene que “tener la respuesta para todo”

·        Evitar la sobrecarga de tareas

Cantidad no significa necesariamente calidad de aprendizaje. El maestro no debe incurrir en el error de una exigencia excesiva al alumno superdotado. Debe elegir las actividades que estimulen su curiosidad y más acordes con sus intereses. Las actividades extracurriculares podrían ayudar en ello.

·        El niño debe aceptar su diferencia y sentirse bien consigo mismo

Lamentablemente, esto no es muy común en los niños AACC. Por temor al rechazo o para encajar en una sociedad “normal”, los niños súperdotados van apagando su curiosidad para amoldarse. Nada más perjudicial. Es necesario que tú, junto a personas importantes del entorno del niño o niña AACC, lo ayuden a aceptarse a sí mismo como es, y buscar el modo de relacionarse más fructífero posible.