¿Qué es el trastorno explosivo y cómo tratarlo en la escuela?
A medida que se deja atrás la niñez y comienza la adolescencia, la combinación de factores ambientales y el cambio hormonal propician situaciones disruptivas. El desafío a la autoridad se hace patente. Sin embargo, el Trastorno Explosivo Intermitente tiene consecuencias mucho más profundas que no se deben confundir con simple rebeldía adolescente.
Existen varios puntos en común con el TEI, y los distintos tipos de TDAH y comorbolidad asociada, y debes poder diferenciar entre unos y otros, para ayudar mucho más asertivamente a un adolescente aquejado con TEI. No te preocupes, en este artículo te daremos a conocer algunas nociones elementales de este trastorno.
Qué es el TEI (clasificación DSM-V)
El TEI (Trastorno Explosivo Intermitente) según la clasificación DSM-V, es un serio trastorno de la conducta que se caracteriza por violentos episodios de furia, y tales episodios se producen en la persona afectada, de modo no premeditado, sin buscar algún objetivo en específico.
El alumno con TEI, típicamente percibe cierta “tensión” antes de que el episodio de ira ocurra, y el mismo suele ser de una magnitud anormal, considerando la situación y el estímulo para tal conducta. El TEI puede acarrear un rápido deterioro en el entorno social y escolar, y sin un tratamiento adecuado, el adolescente puede presentar serios problemas con la justicia.
Los episodios de furia se caracterizan por agresiones verbales o físicas contra la persona que “detona” tal comportamiento, también incluyen daño a animales y destrucción de la propiedad.
Por la naturaleza del trastorno, es necesaria una intervención temprana para minimizar sus consecuencias.
Causas del TEI genéticas, neurofisiológicas y del entorno
La amígdala, el sistema límbico y el córtex órbito-frontal conforman un sub-sistema sumamente importante del nuestro cerebro, la cual se encarga de procesar las emociones, los instintos, impulsos y la toma de decisiones.
Diversos estudios comprueban que una alteración en el equilibrio serotoninérgico de los circuitos de tal sub-sistema, es la principal responsable del TEI. Tampoco se descarta el factor hereditario padres-hijos, lo cual implicaría una revisión de los antecedentes familiares. También, situaciones traumáticas de la infancia temprana pueden incidir en la recurrencia e intensidad de los episodios de TEI.
Estrategias de tratamiento para el TEI
Aún quedan aspectos específicos por comprender más respecto a este trastorno. Se ha logrado comprobar que, de manera similar al TDAH, presenta co-morbilidad respecto a episodios de ansiedad, depresión, entre otros.
Aunque es relativamente reciente la investigación altamente especializada respecto al Trastorno Explosivo, una intervención temprana y multidisciplinar, aunado a un adecuado tratamiento farmacológico, puede reducir los efectos negativos y aumentar la integración y la estabilidad emocional del paciente.
· Todo comienza en casa
La ayuda prestada a quien padece el trastorno se inicia en el hogar. Debes procurar articular junto al especialista una terapia de comportamiento junto a la administración de fármacos adecuados para disminuir la duración e intensidad de cada episodio de TEI.
Es esencial la identificación, en primer lugar, de todas aquellas situaciones que potencialmente pueden ocasionar explosiones violentas de ira. Esto debe hacerse de la mano del terapeuta, quien deberá sugerir ejercicios de relajación y respuestas conductuales adecuadas.
El entendimiento por parte del alumno de las causas de sus episodios de TEI desde el hogar, será muy útil para ayudarle a canalizar su ira de modo cada vez menos destructivo.
Se debe propiciar un ambiente de estrés reducido, donde se le plantee al adolescente la consecución de metas realistas y de acorde a sus intereses y aptitudes, así, junto a tratamiento con fármacos como la fluoxetina y la carbamazepina, se irán logrando resultados positivos.
La familia debe recurrir a sesiones periódicas con el terapeuta en un período de 8 a 18 semanas. Debes tener presente las contraindicaciones de ciertos medicamentos en el paciente TEI, pues los efectos secundarios de los mismos pueden ser graves, yendo desde alteraciones del sueño hasta pensamientos suicidas.
· Enfoques pedagógicos para reducir el impacto del TEI
Como punto de partida, debe haber una capacitación previa del profesorado respecto a los comportamientos típicos asociados al TEI y sus causas. Es preciso que recuerdes que ante un estudiante con este trastorno, el castigo y la estigmatización solo aumentarán la intensidad de los episodios.
Se recomienda que el terapeuta de la institución educativa lleve sesiones con el estudiante que padece el trastorno, para medir sus progresos en la escuela e identificar situaciones estresantes que es mejor evitar. Recuerda que también la comunicación entre los padres, maestros y el alumno con TEI es parte relevante del tratamiento para una integración con su entorno.
Se debe, en la medida de lo posible, responder ante las conductas explosivas con períodos de silencio y aislamiento, dando tiempo para que el estudiante tome conciencia de las consecuencias de sus explosiones de ira.
Los prejuicios y los enfoques erróneos para tratar el Trastorno Explosivo son abundantes. Por ello, es indispensable tu conciencia y ayuda para el adolescente afectado, con la finalidad de que pueda evolucionar y desarrollarse como persona según sus valiosos talentos.